La intoxicación por plomo es un problema grave en México. Según encuestas nacionales, el 17.4% de los niños entre 1 y 4 años sufren de esta intoxicación, afectando a 1.4 millones de infantes. A nivel mundial, el plomo causa aproximadamente 5.5 millones de muertes anuales.
Desde 1997, México eliminó la gasolina con plomo, pero persisten otras fuentes de exposición. La población más afectada incluye trabajadores y usuarios de productos con plomo, como artículos de barro vidriado. Investigaciones revelan que solo el 14% de los talleres de alfarería han dejado de usar esmaltes con plomo, y muchas muestras contienen hasta un 93% de plomo.
El país carece de regulaciones efectivas sobre el contenido de plomo en cerámica, plásticos y pinturas. El cumplimiento de las regulaciones existentes es deficiente, exponiendo a trabajadores y consumidores a riesgos graves de salud.
Un estudio reciente identifica a los principales proveedores de compuestos de plomo en México. Grupo Kalidad es el mayor distribuidor de óxido de plomo para alfarería, mientras que Dynakrom domina el mercado de cromatos de plomo para pinturas y plásticos.
El informe también subraya la necesidad de prohibir la producción e importación de compuestos de plomo en México. Alternativas más seguras ya están disponibles, y se propone limitar la venta de óxidos de plomo a usos preaprobados, como la fabricación de baterías.
Expertos advierten sobre las graves consecuencias de la exposición al plomo, incluyendo pérdida de coeficiente intelectual en niños y problemas cardíacos en adultos. Urgen la implementación de medidas y vigilancia estrictas para controlar el uso de plomo y proteger la salud pública en México.
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