Durante la fiesta hubo cinco horas de mariachi, borrego asado, cerveza, tequila, whisky y hasta elotes, dulces regionales, paletas de sabores, jericallas, flanes, arroz, etc.
Por Oseas Lorenzo Bravo
El pasado 6 de septiembre del presente año, Rafael Gutiérrez Herrera, festejó su cumpleaños 62, a partir de las 3 de la tarde, en El Asadero del municipio de Puerto Vallarta, de su propiedad, acompañado de su esposa, hijos, familiares y amigos.
La fiesta empezó con la celebración religiosa, con el Padre Javier Santana, de la Parroquia San Miguel Arcángel, de la delegación de El Pitillal, quien les pidió a sus hijos que le dedicaran unas palabras a su padre, por su cumpleaños.
Rubén le expresó: "Antes que nada, gracias a Dios, que nos permite tener a mi papá un año más celebrando su cumpleaños. Gracias a los amigos de mi padre, que lo han acompañado en los buenos y malos momentos, le pido mucho a Dios que siga conservando la vida de mi padre”.
Meravi agregó: “Solo quiero decirte que gracias por todo papá, por todo tu amor, tu apoyo, sobre porque nunca nos ha dejado solos en nada, gracias por ser como eres, te admiro y creo que, en vida no hay mejores personas que tú y mi mamá, gracias a todos, te amo”.
Por su parte, el festejado Rafael Gutiérrez Hernández, comentó: “Gracias a Dios que me haya dejado llegar a los 62 años. Les agradezco a los sacerdotes Javier y Manuel, que nos hayan acompañado, así como también a todos mis hermanos y amigos, muchas gracias”.
Enseguida, los elementos del "Mariachi Navidad”, originarios de Mascota, Jalisco, empezaron a cantar e interpretar las mejores canciones del género ranchero por más de 5 horas, ante la presencia de más de 300 personas, quienes disfrutaron del buen ambiente familiar.
A las 3:30 de la tarde, los meseros empezaron a servir la botana de cerdo, recién hecha, papas, picadas y con salsa, panela con jamón. Además, en cada mesa había una gran variedad dulces artesanales, bolsitas de cacahuetes, con chile secos, como los que se venden en los puestecitos de la región.
Desde las mesas, se podía oler la carne de borrego y el chorizo, que estaban preparando con leña de árbol, a fuego lento, frijoles recién guisados, sin embargo, cerca de las 4:30 de la tarde, se empezó a observar la enorme fila a un lado de las mesas en donde estaba listo el delicioso bufete, al estilo mexicano.
Posteriormente la esposa y sus respectivos hijos, le pidieron a Rafael Gutiérrez que apagará la vela y que pidiera un deseo en voz baja.
Blanca Villalvazo, recién llegada de los Estados Unidos, allá, se le ocurrió comprar 18 metros de tela de algodón, de colores. La tela ajustó para fabricar tres vestidos, una camisa y la corbata, que le regalaron a Rafael, por su cumpleaños.
Las mismas damas de San Juan de Abajo, Nayarit y Las Palmas, Jalisco, todas vestidas del mismo color, también le regalaron a Rafael un mandil, que incluía una imagen de un hombre musculoso, que tenía un parecido a él, pero de joven.
Además, un ramo con docena o más de dólares, que se encontraba entre los cientos de regalos que recibió Rafael Gutiérrez.
Mientras que Meravi, cargando una hielera, estaba regalando paletas de sabores y elotes cocidos, su hermano Rafael, estaba atendiendo personalmente a sus suegros, que tenían minutos de haber llegado de Yelapa, municipio de Cabo Corrientes.
Debido a que hubo suficiente cerveza, tequila, whisky, la fiesta de cumpleaños número 62 de Rafael Rodríguez Herrera, terminó después de medianoche.
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